Me gusta, el día antes del examen, sin haber hecho una mierda, dedicarme a mirar viejas fotos y escritos, los libros guardados en mi ordenador y homenajear el pasado con este acto de la pereza humana.
*La fea palabra suiza para designar a quienes habitan, tanto psíquica como materialmente, cerca de una frontera o entre fronteras
Feliz Cumpleaños
Si tuviera que desear algo a un amigo, le desearía paz. Aparte de la ausencia de guerras en la tierra, también significa que ningún conflicto interior colma el vaso de su alma. Le desearía paz, como otros recurrirían a la palabra "felicidad". Le desearía liberarse de aquel animal que a veces se dedica a desgarrar las tripas ajenas desde dentro. Y vivir en paz.
¿Palabras mágicas?
Si echamos las cuentas, las palabras "te quiero" han destruido tanto como han construido. Han roto vidas, amistades, por no decir corazones, ya que, sinceramente, sigo creyendo que es simplemente un órgano. ¿Y que han creado estas palabras "mágicas"? ¿Qué es exactamente este amor del cual está hablando todo dios? ¿Es como el hambre por alguien? ¿O el mono por alguien? ¿La resaca? Nunca lo compararé con el ahogamiento que figura tanto en las cartas del amor: dudo mucho que exista cualquier cosa que te impida respirar cuando hay aire.
Espero no necesitar nada más que mis cigarrillos.
Espero no necesitar nada más que mis cigarrillos.
Post Scriptum
No, lo mío no tendrá un final feliz. Yo seguiré llorando durante años por estos dos.
En un mes me sentí huérfana. En un mes. Uno me dejó solo un mensaje en el buzón de voz y la otra nada más que un aroma flotante en mi memoria. ¿Porque no pensasteis en mí?
Yo también quiero recibir cartas de vosotros, guardarlas en un cajón y mirar las letras de mi nombre escritas por vuestras manos.
No quiero despedirme. No quiero despedirme de nadie más, llorando a solas sin fuerza de decir el último adiós. No quiero que las películas estúpidas me recuerden que he perdido tanto en mi corta vida que me duele el vacío en el pecho. No quiero perder, ni llorar, ni sufrir. Nunca más. No quiero querer.
En un mes me sentí huérfana. En un mes. Uno me dejó solo un mensaje en el buzón de voz y la otra nada más que un aroma flotante en mi memoria. ¿Porque no pensasteis en mí?
Yo también quiero recibir cartas de vosotros, guardarlas en un cajón y mirar las letras de mi nombre escritas por vuestras manos.
No quiero despedirme. No quiero despedirme de nadie más, llorando a solas sin fuerza de decir el último adiós. No quiero que las películas estúpidas me recuerden que he perdido tanto en mi corta vida que me duele el vacío en el pecho. No quiero perder, ni llorar, ni sufrir. Nunca más. No quiero querer.
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