Se me aparece hasta ahora el agua roja delante de mis ojos. Como el vino tinto barato, lamía mis manos y en seguida alcanzaba la baldosa blanca sin dejar marca en los dedos. El frío debajo de mis pies que de repente se expandía por todo el cuerpo. El líquido asqueroso se mezclaba en mi espalda con mi sudor frío y las gotas se arrastraban lentamente por mi piel. El sabor metálico en la boca, el intento de abrazar tu cuello, las manos frías, el minúsculo latido debajo de mi pulgar. Mis saladas lágrimas, besando tus muñecas escondidas en blanco.
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